Juegos de Suma Cero
Cuando sabía menos acerca de cómo funcionan los mercados bursátiles creía, como mucha gente hace, que si alguien estaba consiguiendo hacer dinero mediante la compra-venta de acciones, entonces era porque otra persona lo estaba perdiendo en su lugar. Esta concepción es bastante habitual en muchas personas y, de hecho, desde algunos sectores ideológicos, se potencia este tipo de pensamiento. Este tipo de razonamiento es lo que se conoce como sesgo de suma cero.
Sin embargo, unos años más tarde, he comprendido que la bolsa, igual que otras cosas en la vida, no es una situación en la que uno tenga que perder para que otro gane. Estas situaciones son las que se conocen como Juegos de Suma Cero. En esta entrada, veremos la concepción formal de este concepto, y cómo debemos entender ciertas situaciones vitales como juegos de suma cero o, en contraste, juegos de no-suma cero.
LA CONCEPCIÓN FORMAL DE LOS JUEGOS DE SUMA CERO
Los juegos de suma cero se conocen con este nombre principalmente porque fueron introducidos en la teoría de juegos. En 1944, John von Neumann y Oskar Morgenstern demostraron que cualquier juego de suma cero con n jugadores es una generalización de un juego de suma cero para dos jugadores. El periodista norteamericano Robert Wright ha teorizado que, a medida que las sociedades se vuelven más complejas, se buscan más juegos de no-suma cero, de manera que se de una situación en la que ambas partes ganan (win-win), y no en la que alguna de las dos partes tenga que perder para que la otra gane.
Sin embargo, las falacias de suma cero, es decir, cuando se considera que necesariamente una parte tiene que perder para que la otra gane, son la manera predeterminada de pensar sobre la vida por parte de mucha gente. Como hemos dicho, por ejemplo, la economía es una máquina colaborativa en la que los agentes pretenden obtener ganancias. Sin embargo, cuando invertimos nuestro dinero en las acciones de una compañía (como, por ejemplo, Apple), no lo estamos haciendo a costa del dinero de otro inversor. Más bien, si conseguimos aumentar la capitalización de una empresa, y esta crea productos u ofrece servicios más atractivos, en realidad estamos posibilitando que los consumidores se beneficien más de esos productos o servicios. Por otra parte, dentro de las limitaciones de las acciones que pone en circulación una empresa, cualquier persona puede adquirir esas participaciones y beneficiarse del crecimiento del capital.
EVITEMOS LOS JUEGOS DE SUMA CERO
Con lo que sé ahora, creo que es realmente importante evitar los juegos de suma cero. Es decir, deberíamos enfocarnos en conseguir situaciones en las que todas las partes implicadas puedan sacar un beneficio. Evitar ese sesgo cognitivo que nos lleva a pensar que alguien tiene que perder es el primer paso para convertir nuestra sociedad en una sociedad mejor.
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